Este informe va a tratar sobre la vida de Marcelino
Champagnat nuestro fundador, la persona que sigue cada día cumpliendo sus
sueños desde el cielo.
San Marcelino Champagnat: él era un niño travieso, curioso e
inquieto al igual como cualquier otro niño, él también tenía un pequeño defecto
que era muy terco; pero a lo largo del tiempo esto se convirtió en una cualidad
ya que todo lo que él pensaba nadie lo cambiaba
hasta que eso se convierta como en una verdad o realidad por eso gracias
a ese defecto que se convirtió en cualidad él pudo hacerse sacerdote y cumplió con el sueño de estudiar.
Marcelino tenía un Apostolado el cual era atender siempre
los llamados de la vocación Religiosa, para construir desde ahí el Reino de Dios;
así que el emprende una marcha para saber cuál es la misión que Dios le encargo
“Su Vocación”.
Durante su marcha él se encontró con Juan Bautista Montagne,
un joven de la calle el cual no conocía de Dios al igual que unos niños, niñas
y jóvenes que habitaban cerca de Montagne; a Marcelino lo lleno de tristeza
esto porque aparte de que ellos no podían leer ni escribir no sabían de Dios . Entonces ahí comienza su
marcha para formar jóvenes que al igual ellos quieran formar a la población
prestándoles el servicio de Catequesis y enseñándoles a leer y escribir.
Ya mirando todo esto Marcelino y los primeros hermanos que
compartieron la misma idea de formar jóvenes, hicieron una comunidad la cual
fue llamada: “Los Hermanitos De María”.
Cuando tomaron esa decisión no fue tan fácil porque como se
explicaba Marcelino fue sacerdote y en eso estaba incluido que los superiores a
él no lo apoyaban como él lo esperaba, pero él tenía mucha fe así que todo lo deposito en La Virgen María porque ella
iba a ser la intercesora para hacer esa obra y sacarla adelante.
Entonces Marcelino decidió formar a los hermanos de la comunidad
siguiendo el ejemplo de Jesús y María.
En la comunidad Marista un carisma es un don del Espíritu
otorgado a todos por medio de Marcelino Champagnat. Marcelino sustento sus
acciones en obras educativas y de servicio.
Lo que Marcelino nos dejo para que seamos un modelo a seguir
de Jesús, María y Champagnat fue: el amor a María, el Espíritu de familia, amor
al trabajo, sencillez de vida, solidaridad y fraternidad.
Marcelino vivió para educar niños, niñas y jóvenes para que
así como él sirvió alguna vez en la vida de esos niños y jóvenes ellos puedan
hacer lo mismo
Laura Villa Flórez
Decimo
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