viernes, 17 de junio de 2016


Marcelino Champagnat consignó para el desarrollo del Instituto una misión que permanece entre nosotros: “Dar a conocer a Jesucristo y hacerlo amar”, y creó un estilo particular de educación y evangelización centrado en los valores y actitudes de María. En el escenario educativo de las primeras escuelas, desarrolló una perspectiva y una clara conciencia de la importancia de integrar ambos componentes de manera armónica y evolutiva. Por ello, educó evangelizando y evangelizó educando. Entreveró elementos que hoy contemplamos como una unidad, fundamentada en la clara conciencia del valor del ser humano, de su dignidad, y en la visión trascendente como hijos de Dios. Así la construcción del Reino se realiza día a día en las aulas y actividades diversas en la medida en que propugnamos una educación integral e integradora, donde el anuncio y vivencia de los valores evangélicos ocupan un lugar central. 002 Somos conscientes, por motivos analíticos y metodológicos, que “dar a conocer a Jesucristo y hacerlo amar” supone una claridad conceptual y un acercamiento particular al saber hacer bien el proceso educativo y el proceso evangelizador. En la medida en que comprendamos el aporte específico de cada proceso por separado, así como su integración efectiva, estaremos ofreciendo a la sociedad y la Iglesia un aporte significativo. 003 Este documento, en su dimensión divulgativa, pretende ser una referencia para el diálogo y la clarificación con docentes, personal no docente, directivos, padres de familia y agentes de pastoral. Ayuda a establecer un punto de partida para explicar y desarrollar el enfoque evangelizador de nuestros centros, desde una integración de sus componentes. En su dimensión referencial, aporta a la comprensión de los fundamentos y opciones metodológicas del esfuerzo evangelizador de los centros. En su dimensión propositiva, nos lleva a acordar decisiones que coordinen e impulsen esta dimensión en cada centro de la Provincia. 004 Es nuestro deseo que María, Buena Madre, primera discípula y peregrina en la fe, nos acompañe en esta ruta y nos ayude a desarrollar plenamente nuestra misión como Instituto en los tiempos actuales. En sus manos amorosas y en su corazón, colocamos confiados nuestros anhelos y más altas aspiraciones.

 
NICOLAS ANDRES SANCHEZ PEÑA

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